Basar el turismo en las emociones y vivencias de los viajeros está de moda. Es lo que se denomina turismo experiencial. Y es algo de lo que sabemos mucho en la ruta Caminos de Pasión.
Nuestros diez municipios llevan años realizando un turismo sostenible, que apuesta por alejarse de los grandes circuitos y que abre las puertas al visitante de una manera única: adentrándolo en las costumbres y tradiciones propias de cada lugar. No sólo se hace durante las visitas a los diferentes monumentos o espacios de interés turístico sino que se apuestan por diferentes vías para, con todas estas experiencias, el visitante acabe con la sensación de haberse sumergido de lleno en nuestra idiosincrasia.
A nivel gastronómico, por ejemplo, en los diez municipios de la ruta se pueden encontrar actividades como visitas a explotaciones agroalimentarias, rutas o ferias de la tapa, catas o actividades de enoturismo y oleoturismo que harán a los visitantes conocedores de nuestros productos y platos característicos así como de la tradición que hay detrás en torno a su elaboración. De esta manera, conocerán las denominaciones de origen propias que se dan en los municipios de la ruta en productos como el aceite de oliva o el vino. Probar nuevos sabores y sorprenderse con el amplio y variado recetario de los municipios de Caminos de Pasión será toda una experiencia.
Aprovechando los espacios naturales y protegidos, otra de la forma para visitar los municipios y vivir experiencias únicas es usando la naturaleza como hilo conductor. Esto será posible gracias a que la ruta cuenta con 16 senderos homologados y tres vías verdes que te adentrarán en el corazón de cada territorio. Si lo que se busca es una travesía larga, está el Gran Sendero con más de 300 kilómetros y que une las diez localidades es capaz convertir el viaje en una auténtica aventura. En estos entornos, las actividades de turismo activo o el hospedarte en alguno de los alojamientos rurales con encanto.
